¡Viaja en bici leyendo!
Si te gustan los relatos de esta página, tienes cuatro libros publicados a tu disposición: África, Asia, América y Europa, recién salido de imprenta. Los libros se pueden conseguir a través de www.paquebote.com, que los envía a casa. También en las librerías de viajes de España. (Si vives en México, pide la edición mexicana a [email protected] y te los enviamos por correo certificado desde Guadalajara, Jalisco). |
DISPONIBLES EN LAS SIGUIENTES LIBRERÍAS
Altaïr (Barcelona) Desnivel (Madrid) Sherpa, Picasso, y Babel (Granada) Patagonia, (Valencia) Tintas Viajes y Libros de ruta (Bilbao) Chocolates de la abuela (Huesca) Pasión Ciclista (Logroño) Muga Viajes y Montaña (Pamplona) Espacio Lector Nobel (San Pedro de Alcántara, Málaga) 7 Mares (A Coruña) Semuret (Zamora) Bike Station (Vitoria) Mapas y Cía (Málaga) Iguazú (León) Muntaya de llibres (Vic, Barcelona) |
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Y los puedes pedir a La Biciteca, que los envía gratis a toda la península.
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Información, reseñas y críticas sobre los libros
África. Un viaje de cuento es la narración de los primeros años de este viaje, 42.007 kilómetros recorridos en 800 días, con 6 pares de cubiertas gastadas, 138 pinchazos reparados, unos 200 kilos de arroz consumidos y cientos de buenos momentos entre amigos del camino. 176 páginas (16 páginas con fotografías a color) que narran las mil y una peripecias de cada día, desde el pánico ante el ataque de un elefante hasta la dicha de bañarse en las cataratas Victoria.
Francisco Barreras en su blog de lecturas comenta: A través de una sucesión de capítulos, que se corresponden con el paso de nuestro viajero por cada uno de los países africanos, Salva nos cuenta las experiencias que va degustando cada día, los problemas con su galeón (como llama a su bicicleta), los amigos que va haciendo en el camino, las costumbres de sus gentes, la hospitalidad del continente africano, sus ritos, sus animales, la comida, el agua, los días buenos y los no tan buenos, la aventura de conseguir los visados, el encanto de cualquier rincón olvidado, la dureza del desierto, las reflexiones que pasan por su cabeza y por su pluma. Una pluma muy diestra, que nos presenta una prosa descriptiva con encanto, con múltiples metáforas, con descripciones que nos trasladan a cada lugar y nos invitan a viajar con él, con reflexiones personales que hacen tambalear nuestro acomodado mundo. Además salpica la segunda mitad del libro con algunos poemas preciosos, profundos que nacen de su profunda vivencia y nos regalan bonitos momentos. En definitiva una lectura de descubrimiento, para viajar a otros mundos en las Antípodas del nuestro, una travesía de 800 días para paladear. Lo recomiendo encarecidamente. Desde el IES de San Pedro de Alcántara, el profesor Javier Vela, explica las razones que le impulsaron a elegir África como libro de lectura obligatoria para sus alumnos de Geografía e Historia. En primer lugar y desde un punto de vista simplemente geográfico, el libro es un tratado de geografía africana extraordinario, porque une, capítulo a capítulo, la economía física con la humana, los ámbitos económico y físico y eso es algo que no se ve en los manuales al uso. Pensé que mis alumnos "aprenderían" África infinitamente mejor que con los libros de texto. En segundo lugar (y pensando en los alumnos de cuarto de ESO), tu obra es un tratado de historia contemporánea, porque puedes explicar en sus páginas no sólo la reciente historia (convulsa) de ese continente, sino profundizar en los efectos de la colonización, primero y de la desastrosa descolonización, después. Y ello con ejemplos concretos, con nombres, con datos, con vivencias que mis alumnos van a hacer, de algún modo, suyas. Y eso no lo he conseguido, en mis 25 años (horror, qué viejo me siento) de docente con ningún libro de texto. En tercer lugar (y lo principal para mí), puede que mis alumnos encuentren, página tras página, siguiendo el hilo de tus peripecias, un antídoto eficaz contra este tedio, este desastre, esta desgana, esta mala educación, al fin y al cabo, que están a diario absorbiendo donde viven. El mundo, les digo, no es Puerto Banús; el mundo no es la Costa del Sol; el mundo no son los yates atracados en fila simétrica a un kilómetro de tu casa. Puede que, después de leer tu libro, cuando, sentados debajo de la sombrilla y escuchando en la playa la última música hortera, vean pasar a aquel negro cargado con ropa, sombreros, alfombras, collares y mil abalorios, de los que apenas venderá uno esa jornada, su pensamiento vuele hacia tu librito, Salva y, de paso, su mente (y su corazón) vuelen también al remoto país, agreste y salvaje, en el que ese negro dejó familia, amigos, dolor y miseria, para tener que andar, aquí!!, huyendo de la poli, porque son "ilegales". Por eso, sobre otras lecturas clásicas, he decidido que mis alumnos leerán, este curso, "África", de Salva Rodríguez. Un lector extremeño, en su blog personal hace un extenso y detallado análisis sobre el libro: África, un viaje de cuento.... o un libro de cuentos... porque Salva relata su viaje en bicicleta por África de una forma tan agradable, amena, sencilla, incluso a veces poética y hasta sensual, que hace que parezca, y sólo parezca, fácil lo más complicado, hace que a uno le dan ganas de coger la bici, las alforjas, la tienda de campaña y lanzarse a la aventura, pero también hay que ser consecuente y leer el trasfondo, porque viajar en África como un africano más, lejos de cualquier comodidad, es algo muy duro y muy serio, palabras mayores: “¿quién dijo que cruzar África en bicicleta era sencillo?” |
El segundo libro de esta vuelta al mundo, Un viaje de cuento. Asia, tiene el doble de páginas (328) que África (16 páginas con fotografías a color), y es un libro más dinámico gracias la diversidad que caracteriza el continente asiático. El prólogo está escrito por la ilustre periodista Rosa María Calaf:
"Oí hablar de Salva. De su aventura a pedales. Zigzagueando el planeta. Después le conocí, en Baja California. Coincidimos él con su bici hacia el sur, yo con mi coche hacia el norte. Vi su mirada límpida, escuché su vehemencia, admire su entrega y supe enseguida que tenía que leerle (...). Yo he tenido la fortuna y la determinación de entrelazar profesión y viaje. Salva ha tenido la sabiduría y el arrojo de hacer del viaje su vida. Y, además, la generosidad de compartir lo que ve. Conmigo, contigo, con todos (...). Una vez mas, le interesa el mundo vivo. El de las personas y de la naturaleza. Se nutre de lo real. Sin olvidar nunca, por otra parte, la poesía de la realidad. Es ávido, incansable, irreductible, indomable, libre de espíritu y sabe contactar y transmitir (...). Salva refleja que el viaje no es ocio sino tiempo de plenitud, vector de amistad, senda de entendimiento entre los pueblos –cercanos y familiares, lejanos e ignotos–, la emoción del descubrimiento, la sorpresa de la revelación, la proximidad del “otro” (...). Te monta en su bicicleta y con él desgranas paises, imaginas, añoras, deseas, aprendes, sufres, disfrutas. Parafraseando a T. E. Lawrence –Lawrence de Arabia–, estoy convencida de que “nadie saldrá de este libro como entró”. Los mundos de este mundo parecerán menos hostiles y mucho más próximos. Un lector de Madrid me escribe en un email: Egipto empieza flojo, excepto por tu cruce del canal de Suez, que es especialmente intenso, pero en general se te notaba bastante tocado por la vorágine turística, y en cierto modo, bastante preocupado por el incierto continuar de tu viaje. Ya en Jordania y Siria se te nota algo más contento, pero no es hasta el Kurdistán turco cuando ya empieza a ponerse algo más interesante el viaje. Creo que cuanto más "jodido" estás, más interesantes son tus reflexiones, y por eso en los países "relajados" te dedicas más a relatar el viaje que a viajar realmente por tu interior y a expresar tus emociones y reflexiones. En Irán ya empiezas a relatar el mundo desde un punto de vista no oficial, nos empiezas a abrir el mundo como realmente es y no como cuentan los medios de comunicación, descubriéndonos al maravilloso pueblo iraní. Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguizistán y Tadjikistán, aquí ya se empieza a disfrutar tu libro, las descripciones de la gente, su generosidad, tu soledad, las dificultades físicas (neumonía) y psíquicas (el estrés de los visados), provoca que ya no puedas parar de leer, especialmente cuando entras en Afganistán y nos describes la situación en ese país. La India... aún recuerdo como me empezó a pitar la cabeza cuando describías el ruido que hay en ese país, cosa que yo tampoco podía soportar. En India sufrí contigo todo lo que yo ya había sufrido en ese maravilloso y paradójico país. Me encantó tu crítica al hinduismo y a la sumisión occidental hacia la cultura hundú. En Malasia e Indonesia se mezclan la tranquilidad con la dureza, las jornadas tranquilas con las extenuantes. Una interesante mezcla que culmina con tu decisión de partir al extremo oriental de Asia atravesando Siberia. Ya en Camboya y Tailandia continuas con tus magnificas pinceladas de crítica hacia nuestro modo de vida, a como el confort y el miedo nos impiden disfrutar de una vida plena... Salva en toda su esencia. Laos y Vietnan son una suave introducción al plato fuerte del gigante asiático: China, un país apasionante, que tú lo disfrutaste fuera de las rutas habituales. Cuando relatas Mongolia sientes como el libro fluye suavemente hacia lo que considero el clímax de tu libro: Rusia y Japón. En Rusia, el lector siente el frio en todo tu cuerpo, el miedo de los asaltos y la frustación, pero al mismo tiempo disfruta del calor y humanidad de los buenos rusos. Me encantó Rusia, pero la guinda del pastel es Japón, un país inclasificable, que describes con absoluta maestría. El lugar donde te sentiste más solo, pero en el que tuviste el privilegio de vivir una experiencia única, el gran terremoto con el que occidente no pudo humillar al pueblo japonés. En Japón aparece el Salva en su máxima expresión!!!. Y ahora, a esperar América... |
América, un viaje de cuento se mantiene fiel al viaje a ras de suelo y por los caminos más escondidos. Ahí donde el viajero nunca es un turista, donde habita la hospitalidad, ese mundo maravilloso que no sale en la televisión, ese mundo del que un viajero regresa a su casa con el corazón transformado.
En 344 páginas (16 páginas con fotografías a color) narra los tres años de viaje que ha supuesto recorrer América, desde el paralelo 70 en la costa del Ártico (Prudhoe Bay) hasta el paralelo 55 sur en Ushuaia (Argentina). Tres años para recorrer 42.850 kilómetros, subir más de 40 pasos por encima de los 4.000 metros -¡y 5 de 5.000!-, disfrutando de aventuras con osos, lobos y generales venezolanos en el continente más hermoso del planeta. El prólogo está escrito por Lorenzo "Lontxo" Rojo, el cicloviajero vasco que lleva en ruta desde 1998. Ramón Mustaros, lector catalán, me escribe: América es un libro que se disfruta, se degusta como un buen filete o mejor como un buen tintico Colombiano, pasas del puro viaje a la observación social y casi antropológica, un placer. Así hasta que llegas a Perú y de repente el libro se acelera y el lector te acompaña en una especie de espiral autodestructiva de cuestas, mala salud y cansancio, para mi sobrecogedor, no te conozco personalmente pero ¡cómo me has hecho sufrir condenado! Es curioso porque aunque la sensación ya la tuve con el blog, leerlo de corrido y sin tiempo de por medio resulta toda una experiencia. Está claro, o eso interpreto yo al menos, que el cariño que sientes por mexicanos, nicaragüenses, venezolanos, colombianos y latinos en general no se reproduce en Perú, Bolivia o Chile, y resulta obvio que por causas muy distintas en uno u otro país, o quizás lo que ocurre es que tu cabeza estaba en otra parte y eso se refleja en las páginas del libro. Personalmente estaba algo inquieto por el discurrir de la narración hasta que casi al final y a las puertas de Ushuaia nos cuentas tu pequeño retiro espiritual y las decisiones tomadas. Como autor, y más narrando tu propia vida, puedes contar o dejar de contar aquello que consideres necesario, sin embargo para el lector que se apropia de tu obra te guste o no y la interpreta como le parece el episodio del retiro en la tienda es clave para entender los capítulos de Perú, Bolivia, Chile y Argentina. |
Europa, un viaje de cuento, cuarto y último libro, prologado por Javier Nart, completa una extensa crónica sobre este mundo nuestro del nuevo milenio; un testimonio honesto desde una perspectiva mantenida siempre a ras de suelo, sin pretensiones academicistas ni verdades solemnes, ceñido al ámbito de la intrahistoria en su sentido más unamoniano. Una crónica, en suma, ajena a los generales y los presidentes, a las estadísticas y a las celebridades, y protagonizada por esa humanidad anónima que jamás saldrá en las noticias, la misma que hace de este mundo un lugar maravilloso para vivir y viajar.
Raúl Suárez escribe en su blog: El viernes pasado, cerca del mediodía, el cartero me entregó el último libro de la saga Un Viaje de Cuento. Éste, dedicado a Europa y culminación del viaje que Salva Rodríguez realizó recorriendo el mundo. He leído el de África, el de Asia y el de América. Todos según fueron publicados. Con todos me enganché e identifiqué, pero este último me atrapó de tal manera, que diecisiete horas después de que llegara a mis manos ya lo había leído. Y en ese lapso de tiempo trabajé, dormí mi sagrada siesta, recibí amigos para cenar y a las cuatro de la madrugada del sábado lo di por concluido y apagué la luz, pero no pude dormir hasta un rato después. Necesito volver a leerlo y hacer como hago con mis libros de estudio. Repasar y subrayar, tomar notas, cerrarlo para pensar en lo leído y exprimirlo hasta la última gota de tinta. Salva abre su corazón y su mente. Nos muestra los cambios que en nueve años y medio de rodar el planeta se han producido en su interior. Las vistas de "otros paisajes y paisanajes", lo ubica en un puesto privilegiado y a sus cuarenta y pocos años se ha transformado en un Maestro de la Vida. Ya no importa que país está cruzando, que montaña ha coronado, que desierto lo abraza en un silencio vivo y nutriente. Podemos sentir con él el cambio que todo esto ha producido en su visión de la Vida y de la sociedad en que está inmerso. Esa transformación no devuelve un insatisfecho o un inadaptado. Nos entrega un Sabio, que con mansa mirada ve la verdad y sabe que los cambios son interiores. Sentí el frío del invierno europeo en mi cuerpo. Me dolió la indiferencia y apatía de los europeos, me reconforté con los abrazos de sus amigos, no frené mi emoción cuando el relato me llevaba hasta las lágrimas y regresé con él a Granada para empezar la nueva vida. Viví el libro. Bravo Salva !!!! y gracias por hacernos un hueco por el que curiosear ese mundo. |